Murió a los 83 años. Fue la nieta de Enrique, uno de los primeros pioneros.

A Ilda Nordenstrom le gustaba mucho hablar de los pioneros y de la vieja ciudad de Neuquén. Disfrutaba contarles a sus hijos y nietos la historia de familia, de sus raíces, de los comienzos difíciles de su abuelo Enrique, al que todos conocían como el "Patriarca de Neuquén". Lo hizo durante toda su vida con el mismo entusiasmo de siempre, hasta que murió hace pocos días, a los 83 años.

Ilda fue uno de los eslabones de ese familión que comenzó a formarse a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando Enrique, un joven maestro hijo de inmigrantes noruegos pisó la Patagonia junto a su esposa, Florencia Ochagavía.

Como se sabe, la familia primero se asentó en la cordillera y finalmente terminó en la Confluencia. De ese matrimonio nacieron 14 hijos, uno de ellos, Enrique Ignacio, fue el papá de Ilda. María del Rosario Labrín fue su madre.

"Mi mamá siempre fue una luchadora por la libertad y la independencia de las mujeres", recuerda Lina, su hija, aunque resalta también tuvo un fuerte protagonismo en trabajos para la comunidad. Por caso, fue una de las impulsoras de la escuela especial "Senderos de Luz", primer centro dedicado a la educación de chicos con discapacidad, cuyas maestras pioneras fueron Diana Mafaro y Teresa Jabat, en la década del 60.

"Nosotros teníamos un hermanito que era discapacitado y no había un lugar para contener a esos niños. Por eso mi mamá estuvo en el grupo, para impulsar la creación de esa escuela", rememora Lina.

Durante muchos años la familia vivió en la ciudad de Neuquén, en una vivienda ubicada en Leguizamón y Lanín, hasta que en los 90 se trasladó a Las Lajas por problemas de salud del papá de Lina. Sus hijas lo acompañaron.

"Ella siempre se acordaba de las familias que vivieron en Neuquén en esa época y que terminaron siendo muy amigos, como los Berbel, los Sapag, los Carro, los Durán, los Labrín… Muchas se quedaron ahí cuando comenzó a formarse el barrio La Sirena", recuerda.

Ilda Nordenstrom murió en Las Lajas después de una intensa vida. Dejó un legado de recuerdos y vivencias que sus familiares se encargan de mantenerlo vivo a través de sus descendientes.

Ilda fue la última Nordenstrom de la rama de Enrique (h), de esa generación. Y será recordada como un pequeño, pero importante eslabón de esa gran familia de pioneros en la provincia.

Sin dudas, el apellido Nordenstrom está vinculado a una gran parte de la historia de Neuquén. El “Patriarca” Enrique fue el primero que llegó a la Patagonia, mucho antes de que se decidiera el traslado de la Capital al Paraje Confluencia. Más allá del trabajo de este hombre, sus hijos también dejaron una huella imborrable. Por caso, Enrique fue elegido en 1928 para presidir el Concejo Municipal de Neuquén.

En 1950, Ismael también se haría cargo de la comuna durante dos años para seguir con el legado de trabajo que había comenzado su padre.

Fuente L.M.N.