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Llegar al El Salto del Agrio es siempre una experiencia maravillosa. No importa la estación del año en que vayas, siempre tiene un encanto particular. Por estos días el invierno y la nieve gobiernan en todo el paisaje de Caviahue y Copahue y los turistas que llegan allí, buscan descubrir esos lugares soñados entre cóndores, araucarias y al pie de un volcán, que es guardián de cada paso.
Hace un mes, Florencia, que claro, se apellida Salto, llegó a Caviahue para reencontrarse con sus paisajes. La recibió la nieve y ese frío de aire puro de cordillera.Entre todas las opciones que hay para recorrer, eligió algunas y como no podía ser de otra manera, resaltó el Salto del Agrio en invierno, entre sus imperdibles. Ese día por la mañana salió en una excursión contratada y así llegó al objetivo.
“Al salir de Caviahue, en ese primer tramo que es muy cerca, a unos 3 kilómetros, teníamos la extraña sensación de no poder llegar. El camino tenía agua, nieve, el vehículo se tambaleaba, parecía el comienzo de una odisea, pero la empresa prestadora, garantizaba que los autos están preparados para esto y todo estaba bien. Íbamos despacio, con un paisaje de verdad espectacular porque en un manto nevado, aparecen algunas formas y hasta algunos cóndores volaban en el cielo”, cuenta.
Desde Caviahue, Fiorella Pierani, de Puesta del Sol 4×4 (@puestadelsol.4×4) uno de los prestadores habilitados explica que la excursión que lleva hasta el Salto del Agrio,dura unas tres o cuatro horas entre la salida desde Caviahue y la vuelta a la villa. Para llegar se toma camino por la ruta provincial 26 rumbo al cruce con la provincial 27 (ambos caminos de ripio).
«En este trayecto hay una primer parada en el mirador de Caviahue desde donde se puede apreciar el majestuoso volcán Copahue, el pueblo, arroyo dulce, el cordón montañoso Hualcupen y tenemos una vista imperdible del Lago Caviahue, que en esta época es un espejo bien azulado debido a las bajas temperaturas», dice.
Una vez que se alejaron del mirador, empezaron a adentrarte en el Valle del Agrio, solo unos 7 kilómetros más adelante, está el cruce con la antigua carretera de acceso a Copahue (centro termal de la zona). Se desviaron por esa ruta 27 y avanzaron a lo largo del valle que se formó producto de las coladas lávicas y glaciaciones.
Florencia recuerda lo que les explicaron y dice que El Salto está muy bajo en comparación a Copahue, por eso, el camino se intercalaba con nieve, y de repente estaba más despejado y en el paisaje por momentos se veía el marrón de la vegetación.
Fiorella Pierani, explica que podían observar a la lejanía el arroyo Trolope (segundo afluente del Salto del Agrio), con sus tres lagunas, el cordón Trolón con toda su majestuosidad y nevado durante los meses de invierno. «Luego tenemos otro punto panorámico en el Puente del río Agrio», detalla.
«Me llamó mucho la atención la fuerza del río Agrio, el sonido del caudal del agua, en contraste con el cobre de la piedra .Hicimos una parada por un rato y esa fuerza no la había visto nunca, era muy impactante. Íbamos con turistas brasileros, venezolanos, que estaban muy asombrados por todo. Es que es un paisaje tan único el de Caviahue y Copahue en general, pero en particular el de esta cascada», recuerda la fotógrafa.
Finalmente siguieron camino al Salto. El recorrido 4×4 pasa por el mismo camino que los crianceros en verano utilizan para ir con sus animales a la veranada en la zona. Allí se desviaron de la ruta provincial 27, y entraron en los campos donde se encuentra el ansiado salto de agua. En el Salto del Agrio hay 3 puntos panorámicos para admirar esta belleza natural, como así también recorrer los alrededores. Postales únicas que hacen llevar un recuerdo inolvidable.
«Al llegar a la cascada, todos estaban emocionados. En el Salto, el agua arrasadora y ese sonido era realmente terapéutico. Con las araucarias de fondo, coronando el paisaje. Arriba de la cascada hay una sola araucaria, después otras desperdigadas, pero son muy grandes, parecen protectoras del territorio. Ahí hicimos un reconocimiento de las plantas autóctonas y medicinales, muy lindo para saber», dice Florencia.
Y Fiorella da información precisa sobre ese salto de agua que enamora. Cuenta que tiene más de 40 metros y encontró su curso sobre una colada de lava de hace millones de años, «su olla nos regala un enmarcado rojizo por las rocas oxidadas producto de los minerales del agua y el espejo de agua que cambia de color según el momento del día. Es alucinante de verlo en un entorno natural, salvaje, con vistas maravillosas del volcán y los cerros de la zona».
Antes de despedirse, la prestadora de Puesta del Sol 4×4 aclara que si bien en las redes parecen imágenes de personas que descienden hasta la olla de la cascada, no es algo que el turista esté habilitado a hacer. Es un área protegida y el descenso a este atractivo natural implica un impacto directo en el suelo, la flora y la fauna nativa. Así mismo, al ser todo formación volcánica y en constante actividad y erosión por las condiciones climáticas de la zona, se generan desprendimientos de rocas que pueden afectar la integridad física de quienes desean bajar.
«Todos los que trabajamos en la zona recomendamos admirar la cascada desde sus alrededores sin necesidad de descender. Durante la época invernal, el acceso es limitado y requiere personal que sepa de manejo en este tipo de condiciones climáticas donde se junta mucha nieve sobre el camino, y que de a momentos no hay huella», destaca.
El paisaje puede variar según la fecha de viaje y de cómo ha estado el tiempo esos días, a veces mucha nieve, otras veces huellones y bordones de hielo o barro. Lo ideal es ir en vehículos 4×4 o con orugas si la ruta lo amerita, no arriesgarse y asesorarse con gente local si es posible.
Fuente D.R.N.
